Esbozos de 'El suicida inmortal'

Les colma la semisatisfacción de la templada temperatura. Lo insípido y lo soportable. Tan solo son agitados por las victórias futbolísticas, la absurda pérdida de timidez que otorga el alcohol y la sed sexual de la cual son esclavos. Sin aceptarlo por completo, ellos temen la soledad y la incomprensión. Hasta el final son nadie, pues nada les pertenece, tan solo la muerte.

La misma que a él, le llama a gritos durante toda su vida. Y nunca acepta su invitación por voluntad própia. Él, que vive en profundidad todos los placeres y todos los dolores, que vive la máxima ferocidad de las sensaciones, él está caminando en la inmortalidad. Es el suicida inmortal.