jueves, 6 de septiembre de 2012

La lucha

Siento el alcohol apoyando mi inconsciencia, siento como va ganando terreno en esta noche, llena de gente y de personas. Siento los restos de consciencia esforzándose por escribir estas lineas apartado un poco de todo, me preguntan cosas mis fantasmas que nunca acaban de irse del todo en este estado. Y yo tan solo quiero una tregua conmigo mismo, algo de alivio, en este estado de fluidez y ebriedad, de colores envolviéndome, de música atravesándome, y de personas rozándome los brazos con los suyos.

Tal vez ya lo hayan notado, pero en realidad, no estoy yo. Porque elegí no estar, elegí marcharme al agarrar aquella botella, llegados a este punto ya no existe el detalle ni la atención, eso es un alivio para alguien tan dedicado al detalle, no hay miradas, ni manchas en la comisura de los labios, ni deducciones por los tatuajes o la bisutería de la gente, ni si esos zapatos están sucios o limpios; aunque el caso de ella es distinto, pero me creo alguien que sabe disimular... Soy lo peor...eligiendo marcharme, dejar de estar yo, dejar de ser. Solo me noto a veces, cuando me encuentro con personas que me aceleran el corazón porque las admiro y porque les guardo un cariño intocable, y hace tiempo que no veía, me ilusiona. Pero yo solo finjo estar, esa es la verdad, que nunca podré dar más de mi de lo que aparento, es el limite que yo mismo me impongo, es la linea, donde todo estalla, donde chocan mi consciencia con mi inconsciencia, es donde empieza la batalla, es donde todo acaba, y es donde yo, nunca comienzo, porque en realidad, no estoy.

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